domingo, 30 de octubre de 2011

CONSPIRACIONES

Josep Antonio Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso y presidente del Comité de Gobierno de Unió Democràtica de Catalunya, dijo: “No hay derecho. Nuestro payés no puede recoger la fruta porque no hay dinero, mientras que en otros sitios de España, con lo que hacemos nosotros, reciben el PER para pasar toda la jornada en el bar de su pueblo”. Dichas estas palabras, las repitió entre aplausos en una reunión de su partido.

Unió Democràtica de Catalunya (UDC) se proclama  “un partit polític nacionalista català d’inspiració democratacristiana”. Duran i Lleida es también el secretari general de la coalición Convergencia i Unió (CiU) y presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso.

-Se viene diciendo de él que es un estadista y hábil parlamentario…
-¿Pero qué fue lo que dijo que es su dedicación de este hombre?

Para Sciascia un estadista “es un hombre de Estado, un hombre que tributa al Estado, a su ordenamiento, a sus leyes, una lealtad inteligente, y medita sobre todo ello y lo estudia”. Recuerda Sciascia que, según Bayle, “una república de buenos cristianos no podía durar”, y que Montesquieu corregía: “una república de buenos cristianos no puede existir”. Evidentemente, a los hagiógrafos del dirigente de CiU se la sudan Sciascia, Bayle y Montesquieu. Umberto Eco novela la fábula tenebrosa de la conspiración judía cuyo complot inexistente se sitúa en el cementerio de Praga. Durán i Lleida propaga una conspiración sureña contra los payeses o contra la misma Cataluña en algún bar andaluz o extremeño. Al líder nacionalista y cristiano se le atribuye capacidad para el diálogo, la negociación y el pacto. Menos condescendientes, los contemporáneos de Martínez de la Rosa reconocieron sus habilidades en las negociaciones a la hora de formar y deformar gobiernos liberales con el sobrenombre de Rosita la Pastelera.