domingo, 17 de junio de 2012

Desperfectos

“Es muy importante tener claro el alcance de los desperfectos en el sector antes de acometer un posible rescate”, declaró el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj. Fue el 8 de junio de 2012. El sábado día 9 el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, explicaba ante los medios de comunicación que “no hay el más mínimo rescate” sino que España lograba de Europa un préstamo en condiciones muy favorables” de hasta 100.000 millones para sanear su sistema financiero. El domingo 10 Mariano Rajoy se refería a “lo de ayer” como un logro del Gobierno que preside. Así que “me voy a la Eurocopa tras haber resuelto la situación”, dijo.

-¡Un equipazo, España!
-Pero, ¿con 9 o sin 9?

En el ensayo Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado, escribe Rafael Sánchez Ferlosio que “es la perpetuación del sacrificio lo que demuestra que los dioses no han cambiado”. Tras los 100.000 para desperfectos de los bancos, buscamos una señal, pero estos dioses, como Yavé, lo mismo te ofrecen la tierra de Canán a cambio de que seas perfecto o de que te cortes el prepucio, que hacen llover azufre y fuego porque no encuentran diez inversiones rentables. El lunes 11 titulaba El País: “Los mercados dan la espalda al rescate tras un arranque de euforia”. La Nueva España confirmaba el 12: “El rescate no pasa el test del mercado”. Nos quedarán por arrojar a la hoguera “los desperfectos de la mansedumbre”, que dijo el poeta, cuando caigan al fuego de los mercados todas las ofrendas: un día las pensiones, otro la sanidad y la educación o la investigación, el siguiente los derechos laborales, poco a poco los derechos civiles. Mañana el problema será el voto inconveniente. O que la abuela fuma.