domingo, 19 de agosto de 2012

Colores


Reporteros sin Fronteras (RSF) ha mostrado “gran preocupación” por la destitución de varios periodistas de la radiotelevisión pública española (RTVE) críticos con el Gobierno y denunció una “toma de control política”. RSF presentó a Leopoldo González-Echenique y Castellanos de Ubao, presidente de RTVE, como un ex alto funcionario de los Gobiernos de José María Aznar. El PP cambió la ley para que pudiera ser elegido por mayoría absoluta en vez de los dos tercios exigidos. CiU apoyó con sus votos al nuevo presidente de RTVE.

La prensa extranjera ha informado de los despidos en RTVE. Le Monde ha titulado: “Scandale à la télévision publique espagnole, après une série de limogeages”.

-¡Un scandale! ¡Sí, señor Le Monde, un scandale!
-Bueno, en verdad, en verdad... otro scandale más…

Decía Santiago Carrillo que nunca los comunistas habían tenido tantos ministros en el Gobierno como en la época de Aznar. El sarcasmo de Carrillo lo justificaban varios ministros que en su juventud habían militado en el PSUC (Josep Piqué) o la Organización Comunista de España-Bandera Roja (Pilar del Castillo). Celia Villalobos también simpatizó con el comunismo. Es decir, para llegar al poder político desde la izquierda o la extrema izquierda hay que pasarse a la derecha o pasarse mucho a la derecha. Algo parecido ocurre con la prensa. Un peculiar sentido de la pluralidad acepta que pocas veces asome la izquierda y nunca la extrema izquierda por los media implantados. Mientras es fácil identificar ideas de la extrema derecha y satura el vocerío de los propagandistas del pensamiento único, es imposible encontrar opiniones que lleguen más allá del apoyo de las políticas socialdemócratas. En la defensa más o menos entusiasta de la difunta RTVE, se alaba la presencia en sus tertulias de periodistas de todos los colores. Bueno, más bien del rosa al amarillo.