La Unión Europea (UE) ha obtenido el Premio
Nobel de la Paz del año 2012. Según el Comité noruego del Nobel, la Unión y sus
precursores “han contribuido desde hace más de seis décadas a la promoción de
la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa”. Ahora
no sería posible una guerra entre Francia y Alemania. La democracia como
condición indispensable para que un país fuera aceptado ayudó a España, Grecia
y Portugal, y, actualmente, a Turquía. También colaboró en que se superara la
división entre los países del Este y del Oeste de Europa y a fortalecer la
reconciliación en los Balcanes.
El Comité quiere centrarse en estos aspectos, aunque
reconoce las dificultades económicas y el malestar social por los que atraviesa
Europa.
-¿Malestar? ¡Qué finos estos noruegos! Díselo tú, anda…
-¡Lo que nos atraviesa, por las partes de aquí abajo de
Europa, es un cabreo de la hostia!
El FMI prevé que España y Grecia sufrirán la mayor caída
mundial del PIB en 2013. Según un estudio de la Fundación 1º de Mayo, las
políticas de recortes impuestas por la troika (FMI, Banco Mundial y Comisión
Europea) intensifican y extienden la pobreza en España “hasta alcanzar al 27%
de la población” y el trabajo no exime de la pobreza por la precariedad y la
desprotección laboral y social. Europa se divide hoy entre el norte y el sur,
el gobierno de la troika poco tiene que ver con la democracia, de la pobreza no
surge la paz, ni la ausencia de derechos laborales fomenta los derechos humanos.
En los despachos de Bruselas y en las calles del sur de Europa acontece lo
contrario de lo que motiva la concesión del Nobel de la Paz a la UE.
¿Aplaudimos un premio a título póstumo?