El presidente de EE UU Barack Obama, premio Nobel de la
Paz, defiende los programas de espionaje masivo a países aliados porque son “legales
y transparentes”, aunque se hayan conocido por un espía arrepentido. Quizá ya
forma parte de la Kill List. Cada
semana Obama se reúne con el equipo antiterrorista de la Casa Blanca en la sala
de crisis (Situation Room) y decide,
entre los nombres de una lista de condenados a muerte (Kill List), quiénes serán “liquidados”. Las ejecuciones se realizan
mediante aviones no tripulados (drones).
Tras el golpe de Estado en Egipto, se anunció la elección
del premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei como primer ministro. La
propuesta fue retirada por las divisiones internas entre los partidarios del
golpe.
La troika entra en crisis porque dos de sus integrantes,
Comisión Europea y FMI, se culpan del fracaso de los llamados rescates de Chipre,
Grecia y Portugal, pero mantienen rigurosamente los planes de empobrecimiento
de la mayoría.
-¡Que se lixe a troika!
-¡Joder, qué tiempos!
En una historia increíble que ocurrió no una vez sino
muchas con distintos actores y diferencias locales encuentra Borges “la cifra
perfecta de una época irreal y es como el reflejo de un sueño”. En el sueño “no
sentimos horror –continúa Borges- porque nos oprime una esfinge, soñamos una
esfinge para explicar el horror que sentimos”. ¿Qué esfinges ocupan nuestros sueños
para explicar estos tiempos increíbles? ¿Llegará
el día que descubramos que sus ropas se corresponden con “el lujo malevo de los
garitos y de los lupanares”?, ¿que son “taimados, ignorantes y crueles como
viejos animales de presa”, y que, si nos dejamos ganar por el miedo o la
lástima, acabarán por destruirnos? Qué tiempos, bastardos de las ficciones de
Borges, dignos de una canción ya escrita: Tiempos
nuevos, tiempos salvajes.