Tras
once días de huelga, los trabajadores de Lipasam, empresa municipal de limpieza
de Sevilla, aprobaron la firma de un acuerdo en una asamblea con voto secreto. Después de una asamblea que había rechazado el preacuerdo en una votación a mano alzada en
la que participaron 300 trabajadores, el comité de empresa convocó de nuevo a
la plantilla. Acudieron más de 1.300. Repitieron la votación cuando se
detectaron votantes sin acreditar.
Diario de Sevilla tituló
en primera que “La basura se recoge desde anoche tras 11 días de caos” y destacó
que la asamblea fue “caótica”. El editorial, El final de un castigo a Sevilla, acusaba a los trabajadores de “chantaje
inhumano”, con el que “han castigado a Sevilla durante casi dos semanas”.
-¿Y de
qué se quejaban los de Lipasam?
-Bueno,
ya sabes, les querían bajar el sueldo y tal…
El
libro de 4º de Secundaria de este curso no incluye entre los textos
periodísticos los informativos (noticia y reportaje). Sólo trata la opinión
(artículo y editorial). Autores clarividentes. Convertir el aula en una
redacción se complica si en conflictos laborales buscamos modelos en la prensa
diaria para las clásicas
respuestas a las preguntas qué, quién, cómo, dónde, cuándo y por qué. Entre titulares partidistas y editoriales, ¿cómo explicar con un periódico
por delante que también existe la noticia? Y que si un articulista del Diario de Sevilla escribe que el PSOE “defendió
los intereses gremiales de los barrenderos contra los vecinos que les pagan” y otro
que “ya va siendo hora que incluyamos entre los culpables de la crisis a unos
trabajadores del sector público que son capaces de cobrar por la cara un plus
salarial por el simple hecho de no faltar al trabajo”, no quiere decir que su
consejo editorial grita cada mañana: ¡Que se jodan!