“Enfermos de cáncer, leucemia
o hepatitis crónica pagarán el 10% de su medicación hospitalaria”. El titular
de Público resume la Resolución de 10 de septiembre de 2013, de
la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de
Salud y Farmacia, por la que se procede a modificar las condiciones de
financiación de medicamentos incluidos en la prestación farmacéutica del
Sistema Nacional de Salud mediante la asignación de aportación del usuario.
Esos medicamentos retrasan la progresión del cáncer de mama avanzado, tratan el
cáncer de riñón avanzado o extendido a otros órganos, los tumores cerebrales,
la leucemia mieloide crónica, los tumores malignos, la artritis reumatoide, la
degeneración macular o la hepatitis C crónica.
-¿También nos han robado las
palabras enfermo y pagar?
-¡Respirad hondo, que nos
quitan el aire!
La sanidad pública la pagamos
siempre, aunque estemos sanos, que no sé cómo habrá que decirlo para que se
entienda tras el saqueo del español que cada viernes se comete desde la guarida
de La Moncloa. El partido que defiende bajar los impuestos no sólo los sube
sino que crea nuevas imposiciones sobre la enfermedad. No es lo mismo patético
que patógeno, pero es igual en este Gobierno con una ministra de Sanidad (Mato)
que considera la enfermedad como un bien patrimonial e impositivo. Ahora que la
justicia impide la privatización de los hospitales públicos madrileños, quizás los
trasladen a Adelson city, ciudad sin ley. La ministra podría inaugurar la mesa
de la ruleta de los medicamentos en la que siempre toca algo: una dosis contra
la artritis o pagar. Por supuesto, en los hospitales se permitiría fumar. Los
manteros ofrecerán por las calles nuevos productos, tarareando aquella canción
de Alejandro Sanz: Tengo pomada pa tos
los dolores, /remedios para toda clase de errores,/ también recetas pa la
desilusión.