El PP criticó la “actitud
egoísta de Lidia Ruiz Salmón”, alcaldesa de Torrelavega, y su “escandalosa
falta de respeto” por no asistir al acto “más antiguo y tradicional de las
fiestas de la ciudad”: la misa y posterior procesión en honor a la Patrona con
ofrenda del bastón de mando a la Virgen. El PP la considera “una persona
incapaz de entender el significado de las fiestas patronales y de desempeñar
como es debido el cargo de regidora municipal”.
La califica de “deshonra” para Torrelavega. Creen que “no es digna de ser
alcaldesa”, pues “ha rechazado estar con los vecinos en un día tan importante,
que es una conmemoración histórica del sentir colectivo, de lo que nos une, y
de lo que ha significado el día de la Patrona para nuestros antepasados y para
los torrelaveguenses de todas las generaciones”.
-¡Por un Estado laico…!
-¡Ya!
“La violencia religiosa tiene
su origen en el universalismo de la igualdad entre los creyentes, que priva a
los no creyentes o a los que tienen otras creencias, de aquello que se les
promete a ellos: dignidad e igualdad”, escribe Ulrich Beck en Dios es peligroso. De los ocho días
festivos de ámbito nacional, cuatro son religiosos y en un quinto (12 de
octubre) se amalgama la idiosincrasia festiva de España: pasado imperial,
fiesta nacional (acepciones patriótica y cornúpeta) y santoral católico en
conmemoración de una Virgen, patrona de la Guardia Civil, fuerza de seguridad
de un Estado constitucionalmente aconfesional. Sostiene Beck: “Los dioses
monoteístas y sus verdades eternas establecen categorías merecedoras de
condena” como “hereje”, “pagano”, “supersticioso”, “idólatra”. La alcaldesa de
Torrelavega ha sido condenada por “egoísta”, “irrespetuosa” (en grado
escandaloso), “indigna”, “incapaz”. Si Dios es peligroso, los segundos y
terceros escalafones hasta llegar al concejal de tu pueblo son para echarse a
temblar.