Goldman Sachs, el mayor banco de
inversiones del mundo, ha contratado al expresidente de la Comisión Europea
José Manuel Durao Barroso. Su cargo: presidente no ejecutivo; su función: proteger
el banco de las consecuencias del Brexit
ante la UE. Goldman Sachs y Lehman Brothers originaron la última crisis
capitalista con productos financieros como las hipotecas basura. El maquillaje
de las cuentas con las que Grecia aprobó en 2002 su ingreso en la UE lo
supervisó Goldman Sachs, cuyo vicepresidente para Europa era Mario Draghi,
actual presidente del Banco Central Europeo. Barroso presidió la Comisión los
años previos a la crisis, que gestionó hasta 2014 con los llamados rescates de
Portugal, Grecia e Irlanda, y del sistema bancario español. Barroso mantendrá
la pensión de 18.000 euros mensuales que cobra de la UE.
-Presidencias giratorias…
-¡Valiente tiovivo!
“Nadie ha podido explicar aquella majadería
del maoísmo” ha escrito el exmaoísta Félix de Azúa. Las secuelas de aquella “plaga
voraz”, que, según él, “infectó cerebros, cátedras, editoriales y diarios sin
que nadie sepa su origen o causa”, se manifestarían, pasados los años, en
tumoraciones neoliberales, cepa Aznar (Pilar del Castillo) o Rivera (Félix de Azúa),
y en sarpullidos con comezón ante rastros de izquierdismo. A Barroso lo expulsaron por robo del maoísta
Movimiento Reorganizativo do Partido do Proletariado. Pasó al Partido Social
Demócrata, miembro del Partido Popular Europeo, por el que fue ministro y primer
ministro de Portugal, anfitrión del macabro trío de las Azores. Un hombre de
ideología giratoria. Un tío vivo, siempre con fichas para no bajarse del
caballito. Del siglo XX nos quedó el tango Cambalache:
“¡Hoy resulta que es lo mismo/ ser derecho que traidor!”. Con el discurso de la
ideología dominante del siglo XXI suena la repetitiva musiquilla de las
tragaperras o la del viejo tiovivo de la sinvergonzonería.