El Estado ha tenido que
hacerse cargo de nueve autopistas de peaje quebradas, seis de ellas radiales de
Madrid. Seopan, patronal que agrupa a constructoras y concesionarias, calcula
el coste en casi 5.000 millones de euros. La exministra de Fomento, Ana Pastor,
aseguró que el rescate de las autopistas no costaría ni un euro a la Hacienda
pública y el actual ministro, Íñigo de la Serna, afirma que no solo se
recuperará el dinero sino que incluso se conseguirán beneficios. El Gobierno
anotó una reserva de 3.500 millones en su programa de estabilidad, aprobado en
abril, “para atender la responsabilidad patrimonial”. Esa cantidad coincide con
la deuda de las concesionarias de la que se hicieron cargo los bancos.
-¡Negociazo, tú!
-¿¡Para quiénes!?
La autopista París-Marsella
quedó inmortalizada gracias a Julio Cortázar y Carol Dunlop en Los autonautas de la cosmopista. Planificaron
una expedición “un tanto alocada y bastante surrealista” que consistía en
recorrerla en su furgoneta con la intención de escribir “en forma literaria,
poética y humorística las etapas, acontecimientos y experiencias diversas que
sin duda nos ofrecerá tan extraña expedición”. Uno de sus capítulos se titula
“De las metamorfosis oníricas en la autopista”. El proyecto de las radiales (herencia
de Aznar y el ministro Álvarez-Cascos), sus resultados, la nacionalización de
las pérdidas y el anuncio de beneficios para la Hacienda pública tras su
reprivatización se comprenden bajo ese concepto de “metamorfosis onírica”. Su
planificación, “un tanto alocada”, calculó, por ejemplo, un tráfico diario de
100.000 vehículos en la R-2, que no ha registrado más de 15.000 en sus mejores
momentos. Han implantado el peaje cósmico. Las utilizas, pagas. No las
utilizas, también pagas. Te pierdes los beneficios, te ganas las pérdidas. Una
aplicación del ideario capitalista que el refranero castellano resume así: Lo
mío mío y lo tuyo entrambos.