Matteo Renzi, primer ministro
italiano, convocó un referéndum que apoyara las reformas legislativas
promovidas por su Gobierno. La mayoría votó que no. David Cameron, primer
ministro británico, convocó un referéndum para resolver la controversia de
permanecer o no en la Unión Europea. Defendió el sí y la mayoría votó que no.
En EE UU ganó la presidencia un individuo al que no querían en el partido por
el que se presentaba. Sus groserías convencieron a millones de compatriotas.
Los Gobiernos de Hungría y Polonia promueven políticas reaccionarias que
comprometen las decisiones y los tratados de la UE. También en Francia y
Holanda la ultraderecha acumula seguidores.
-Menos mal que nos queda
Portugal…
-Ante todo mucha calma y a
capear el temporal…
“La multitud se crea en las
interacciones sociales comunes”, al margen de cualquier jerarquía (organización
política), teorizaron Michael Hardt y Antonio Negri en Multitud. Esta “clase global emergente”, concepto abierto y
expansivo, diferente de pueblo (identidad única), de masa (indiferenciación) y
de clase obrera (excluyente), ayudaría a reinventar la izquierda, dado el
descrédito de los viejos modelos del socialismo de Estado y de la
socialdemocracia. El libro surge con los movimientos antiglobalización de finales
del siglo XX y comienzos del XXI. Pero en el año 17 del siglo esa “clase global
emergente” deja un rastro de dibujitos y eslóganes chulísimos, la clase obrera sobrevive
entre boqueadas de la asfixia neoliberal y el pueblo y la masa prefieren
reventar lo que se les pone por delante antes que reinventar. La peña, para
entendernos, va más en la onda Rinconete. Aseguraba ante Monipodio tener ánimo
para sufrir tormento, al que se enfrentaría, aun a sabiendas de que lo que dice
la lengua lo paga el gaznate, cuan votante ante un referéndum: “¡como si
tuviese más letras un no que un sí!”.