lunes, 17 de septiembre de 2018

Delincuentes


El fiscal general de Pensilvania presentó un informe que revela el último escándalo de pederastia que involucra a la Iglesia católica. 300 sacerdotes abusaron de menores durante los últimos setenta años, la mayoría adolescentes y preadolescentes. La investigación identificó a más de mil víctimas. Denuncia el “encubrimiento sistemático por parte de altos funcionarios de la iglesia en Pensilvania y en el Vaticano”. Una investigación del Gobierno australiano concluyó en 2017 que el 7% de los sacerdotes católicos había sido acusado de abusos a menores entre 1950 y 2010. La Conferencia de Obispos Católicos de Australia se niega a obedecer las leyes que obligan a los curas a denunciar a la Policía los abusos aunque se enteren en una confesión. El secreto de confesión es un “elemento no negociable de nuestra vida religiosa y encarna una comprensión del creyente y de Dios”.

-¿¡Qué!?
-¿¡Cómo!?

Algo va mal. ¿Aceptaríamos la legalidad de una organización denunciada oficialmente porque sus directivos hubieran cometido miles y miles de delitos de pederastia? ¿Y que sus máximos responsables los encubrieran? ¿Y que su presidente se limitara a pedir perdón? ¿Le confiaríamos la educación o el cuidado de nuestros hijos e hijas? ¿Aprobaríamos las manifestaciones ostentosas y reiteradas de sus celebraciones por nuestras calles? ¿Nos indignaría que el Estado colaborara con una organización así? ¿De qué hablamos cuando hablamos de organización criminal? Encubriendo delincuentes, los jerarcas católicos burlan la ley y lo hacen asociadamente. El Estado laico ofrece un espacio común para todas las religiones y para creyentes y no creyentes. Solo exige respetar las leyes civiles de la comunidad. El fundador del cristianismo lo dejó dicho: dad a Dios lo que es de Dios (el pecado) y al César lo que es del César (el delito). ¿O es que el clero católico no respeta ni a Dios?

lunes, 3 de septiembre de 2018

Escarmiento


La Comisión Europea da por cerrada la crisis en la eurozona. El comisario para los Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, anunció que había terminado el tercer rescate de la economía griega. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, alabó la “solidaridad” de los socios europeos y la “determinación” del pueblo griego. Según Moscovici, Grecia “es un país normal ahora, no vamos a controlar las medidas que adopte, es libre para definir su política económica”. “El tiempo de la austeridad terminó”. Los críticos lo han llamado austericidio y recuerdan que la “solidaridad” ha consistido en prestarle casi 300.000 millones de euros a Grecia para que pagara a los acreedores (bancos alemanes y franceses mayoritariamente), a costa de un empobrecimiento “devastador” que endeuda a las siguientes generaciones. Grecia debía el 110% del PIB en 2008 y ahora el 180%. El PIB ha disminuido un 26,5%.

-Les daba yo solidaridad a Juncker y Moscovici…
-Con determinación…

“La austeridad presupuestaria indiscriminada no fue una política técnicamente adecuada, sino una forma de escarmiento irracional políticamente muy costoso”. El entrecomillado pertenece a un editorial de El País, no a un izquierdista populista buenista trasnochado. Aunque trasnochara la persona encargada de redactarlo, nadie incluiría ese diario en el corro anticapitalista. Si a la Comisión sólo se le ocurren anuncios triunfales, sin autocrítica por el desastre provocado en Grecia, y si los portavoces suenan igual, hable un ultraliberal o un socialdemócrata, entenderemos el éxito de voceras que reniegan de la UE y del viejo modelo social europeo. La política del escarmiento provocó las mayores desgracias de la Europa del siglo XX, porque escarmiento y escarnio tienen la misma raíz. ¿Qué Europa quiere la UE al convertir la Grecia empobrecida e hipotecada en cervantino “testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir”?

jueves, 21 de junio de 2018

Libros


La caída del Gobierno de Rajoy cerró temporalmente una controversia política en la que el arma arrojadiza fueron los libros. Íñigo de la Serna, último ministro de Fomento de Rajoy y exalcalde de Santander, presentaba en la región proyectos de obras para Cantabria, casi todos de “carácter extrapresupuestario”. Por eso, el presidente de la comunidad Miguel Ángel Revilla dudaba de que se fueran a ejecutar y relacionaba las visitas del ministro con la preparación de su candidatura a la presidencia de Cantabria. A De la Serna le pareció “enormemente preocupante” que Revilla no acudiera a una de esas presentaciones, porque “está aprovechando su cargo no para ejercer la responsabilidad que le han dado los cántabros, sino para dedicarlo a la promoción de un libro que seguro que le está reportando enormes beneficios”.

-¿Escribe libros y se los compran?
-¡Qué escándalo…!

Ante la mirada sospechosa de la policía por la cantidad de libros que encuentra al registrar su casa, uno de los personajes de Danilo Kis en Una tumba para Boris Davidovich piensa que el peligro no proviene de muchos libros sino de que exista un único libro, esté escrito –añado- en hebreo, árabe o cristiano. Posiblemente extrañe en otros pueblos de España que la polémica política cántabra gire alrededor de unos libros, pero no olviden que Santander lleva el título –presuntuoso quizá- de la Atenas del Norte desde comienzos del siglo XX. El platónico De la Serna considera incompatible la política con la literatura y quiere expulsar a Revilla de la polis. El aristotélico Revilla compatibiliza la política con cualquier otra actividad (o viceversa). Durante el tiempo que le toque clamar en el desierto de la oposición, De la Serna debería recordar al clásico cuando dice que no hay libro por malo que sea que no tenga alguna cosa buena.

sábado, 2 de junio de 2018

Frankenstein


En este capítulo de los juicios del caso Gürtel, los veintinueve procesados suman 351 años de cárcel. Destacan el empresario Francisco Correa (51 años) y el extesorero del PP Luis Bárcenas (33 años). Pero más que la carcelería, a una ciudadanía responsable, interesada en el bien común y en el gobierno ético de la cosa pública, le escandalizarán algunas afirmaciones del tribunal por lo que de ellas se deduce. Por ejemplo, estas tres: 1) Entre el PP y las empresas de Correa se estableció “un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional”; 2) “No quedan dudas” de que el PP montó “una estructura financiera y contable paralela a la oficial”, es decir, una caja b; 3) el tribunal “pone en cuestión la credibilidad” de las declaraciones de algunos testigos, entre ellos el presidente del PP Mariano Rajoy, también presidente del Gobierno. El PSOE presentó una moción de censura. La ganó con el apoyo de 180 votos de una representación parlamentaria muy diversa (RPMD).

- ¡Un Gobierno Frankenstein!
- ¡Un monstruo! ¡Un monstruo!

Tras las elecciones de diciembre de 2015, el PSOE intentó formar Gobierno. Esa misma RPMD versionó la fábula Los dos conejos, de Tomás de Iriarte. Seguido de los perros de la corrupción –una actualización inevitable-, “no diré corría, / volaba un conejo”. Un compañero le dijo: “Tente / amigo, ¿qué es esto?”. “¿Qué ha de ser?», responde; / sin aliento llego...; / dos pícaros galgos / me vienen siguiendo”. No le negó la alarma sino que fueran galgos. “¿Pues qué son? / Podencos”. En la disputa de si son galgos o podencos, llegaron los perros, que pillaron discutiendo a nuestros dos conejos. Y siguieron gobernando los podencos. Cuando Mary Shelley da voz al “monstruo miserable” creado por Victor Frankenstein,  oímos: “Yo era bueno y cariñoso”. Y suplica: “Escuchadme”.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Imbéciles


La sentencia del juicio contra los cinco hombres conocidos como La Manada provocó una ola de indignación, que llevó a la calle a miles de personas en toda España. Los hechos probados describen cómo los cinco condenados  introdujeron a una muchacha de 18 años en un portal, la desnudaron y la sometieron a un sexo violento y humillante. La descripción de lo sucedido nubla la vista y estremece. El fallo les condena por abuso sexual, pero no por agresión porque faltó “intimidación” y “violencia”. Una apreciación difícil de entender vistos el vídeo que uno de ellos grabó, los mensajes en los que alardeaban de la violación y los que anunciaban sus intenciones. No era la primera vez. Uno de los jueces defendió la inocencia de los acusados. Consideró que todo formaba parte de un ambiente de “jolgorio”. El abogado defensor afirmó que no eran violadores. Les llamó “imbéciles”, “cerdos” y “lerdos”.

-Cretinos…
-Idiotas…

 Giacomo Leopardi quizá les hubiera clasificado entre “los géneros no animales”. Imbéciles, lerdos, cretinos e idiotas tienen en común la falta de inteligencia y de razonamiento. Por eso les cabe mucha basura en la mollera. No habría título más apropiado para inscribir los hechos y la sentencia que el borgiano Historia universal de la infamia, pero encajarían mejor en la cabeza de algún personaje del Marqués de Sade. Por ejemplo, aquel que dice: “Seres débiles y encadenados, destinados únicamente a nuestros placeres […]. Mil veces más sumisas que lo serían los esclavos, no debéis esperar más que la humillación, y la obediencia debe ser la única virtud de la que os aconsejo hacer uso”. Cuando se inició el juicio, surgieron como sombras dos preguntas: ¿Cuántas manadas desconocidas deambulan a nuestro alrededor? ¿Y cómplices? A un cómplice mental lo hemos identificado con su toga y todas sus puñetas.

jueves, 8 de febrero de 2018

Rompeolas


La trigésima segunda edición de los premios del cine español se ha repartido entre películas habladas en castellano, catalán, euskera e inglés. La librería, rodada en inglés, ganó el Goya a la mejor película, y su directora, Isabel Coixet, a la mejor dirección y al mejor guion adaptado. Verano 1993 se filmó en catalán. La dirigió Carla Simón, premio a la mejor dirección novel, y a dos de los intérpretes les reconocieron como actriz revelación, Bruna Cusí, y mejor actor de reparto, David Verdaguer. El premio a la mejor actriz protagonista fue para Nathalie Poza (No sé decir adiós) y el de mejor actor protagonista para Javier Gutiérrez (El autor), con películas habladas en castellano. Handia, la más premiada, utiliza el euskera.

-También hubo premio para una actriz andaluza…
-¿Esto va de cine o de geografía?

Antonio Machado escribió los versos que advertían al españolito que llegaba al mundo de que una de las dos Españas habría de helarle el corazón. Al citarse incompleto el poema y parafrasearse los versos elegidos según convengan, ha quedado fijado como tópico el concepto de dos Españas irreconciliables. Pero siendo fieles a los versos machadianos, el españolito nace y a vivir empieza entre una España que ora y una España que bosteza, y le ha de helar el corazón una de esas dos Españas y no otra. La trivialidad inherente del tópico disimula el determinismo que condena a un pueblo.  Y, sobre todo, cansa y aburre. Quienes sintonizaron la ceremonia de los Goya oraron, según creencias y supersticiones, o bostezaron, según pasaban los minutos, las medias horas y las enteras tres. El palmarés de los Goya les resultaría incomprensible medido por el sistema binario de las dos Españas, porque sobre el escenario rompieron –otra vez Machado- las olas de “todas las Españas”. O casi.