Un artículo de Der Spiegel sostiene que Berlín da por
hecho el abandono de la moneda común si Syriza gana las elecciones. Tanto
Angela Merkel como su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, aceptarán la salida de
Grecia porque sería manejable. “El peligro de contagio es limitado debido a que
se considera que Portugal e Irlanda están rehabilitados”, señala la revista.
Merkel, según Der Spiegel, llega a la
conclusión de que ya no puede seguir cediendo a las presiones de Grecia, ante
el peligro de que nuevas concesiones alienten a países como Francia e Italia a
dejar de lado sus reformas y le den más argumentos al Frente Nacional de
Francia, al movimiento Cinco Estrellas que lidera Beppe Grillo en Italia o a
Podemos en España.
-¡A las urnas!
-Achtung!
El libro póstumo de Julio
Busquets, uno de los fundadores de la Unión Militar Democrática, se tituló Ruido de sables. La expresión se
utilizaba durante los años de la
Transición para señalar las conspiraciones antidemocráticas de los cuartos de
banderas militares, que tuvieron su momento valleinclanesco en el asalto al
Congreso de los Diputados el 23 de febrero de 1981. Los tricornios bigotudos y
las pecheras de los héroes de latón se han transformado en jóvenes lechuzos y
algo tarambanas, especialistas internacionales en los juegos de manos que
llaman economía financiera. Los cuartos de banderas bursátiles emiten ruidos de
sables que atruenan países enteros. Los panzer
ya sólo forman parte del atrezo en las películas de época. Los fondos buitre sustituyen
a los Elite-Kommando. Europa cría
cuervos: deudas impagables, países basura.
Sí, fue un malentendido –dirán en
Bruselas y Berlín llegado el caso. Los griegos gritaron: ¡A las urnas! Y la
troika entendió: ¡A las armas![*]
[*]
Parafraseo -él me perdone- los primeros versos del poema de Ángel González
“Elegido por aclamación”.
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